Iván Petróvich Pávlov (1849-1936)




Iván Petróvich Pávlov Gran fisiólogo y pensador ruso, ardiente patriota soviético. La actividad científica de Pavlov que se prolonga durante más de sesenta años, fue señalada por grandes descubrimientos en los dominios de la fisiología de la circulación, de la digestión, de las funciones tróficas del sistema nervioso y por la inauguración de un nuevo capítulo de la fisiología cerebral. Continuador de las tradiciones progresistas de la filosofía materialista y de las ciencias naturales rusas del siglo XIX, en particular de la doctrina de Sechenov (ver), a quien llamaba el padre de la fisiología rusa, Pavlov realizó, al crear su doctrina de la actividad nerviosa superior del hombre y de los animales, una verdadera revolución en las ciencias naturales. Esta doctrina asestaba un golpe decisivo a la psicología idealista, y echaba los fundamentos de una psicología realmente científica y materialista. 

Estudiando el mecanismo de la “salivación psíquica” Pavlov puso en claro un hecho de primordial importancia. Además de la salivación provocada por la excitación directa de los alimentos en la cavidad bucal, se puede provocar la secreción de saliva en los animales, por medio de cualquier excitante exterior (luz, sonido, excitación cutánea) a condición de completar este excitante con un cebo ofrecido al animal. Pavlov calificó los reflejos del primer tipo, como reflejos “incondicionados”, y a los del segundo, como reflejos “condicionados”. Los experimentos han mostrado que los reflejos condicionados, tanto los positivos como los negativos, se forman sobre la base de los reflejos incondicionados y aseguran una mejor adaptabilidad del animal a las condiciones incesantemente variables del mundo exterior. 

El método objetivo de formación y de abolición de los reflejos condicionados, permitió a Pavlov y a sus discípulos dilucidar las leyes principales de la actividad nerviosa superior de los animales. Pavlov mostró que la formación y la destrucción de los vínculos temporales, es decir, de los reflejos condicionados, en la corteza de los hemisferios cerebrales, así como la actividad analítica y sintética del sistema nervioso, ofrecen al animal la posibilidad de orientarse en toda la complejidad del mundo real. 

Las excitaciones exteriores y las interiores, es decir, las que provienen de los órganos internos, de los músculos, de los huesos, de los ligamentos, señalan al animal la presencia de condiciones biológicamente favorables o desfavorables para él, y con ello provocan de su parte, acciones objetivamente adaptadas. La corteza cerebral es el prodigioso aparato donde vienen a proyectarse todas esas señales y donde se elaboran las reacciones-respuestas del organismo. Según la doctrina de Pavlov, el hombre posee, además del primer sistema de señalización (es decir, las reacciones a la influencia directa del mundo exterior), un segundo sistema de señalización, el lenguaje, que ha modificado considerablemente la actividad nerviosa superior del hombre. La doctrina de Pavlov relativa al segundo sistema de señalización, es de una gran importancia para la teoría marxista del conocimiento. Ella pone en claro la base fisiológica del pensamiento humano en cuyo desarrollo, adquiere un papel primordial la palabra, el lenguaje, el uso de las nociones generales. Bajo la acción de excitantes diversos, objetivamente positivos o negativos, sobre los animales, entran en estado de excitación o de inhibición, determinados sectores de la corteza cerebral. Cada uno de esos procesos se extiende, primero a toda la corteza cerebral, para concentrarse luego en sus sectores de partida. La interacción excitación-inhibición condiciona el trabajo normal del encéfalo. Pavlov dilucidó la naturaleza del sueño en los animales superiores y demostró que no se trata más que de una inhibición generalizada a toda la corteza de los grandes hemisferios cerebrales. Al mismo tiempo, puso en claro el mecanismo del hipnotismo y la naturaleza de los sueños. Consagró los últimos años de su vida al estudio de las enfermedades del sistema nervioso, y fundó la teoría de las neurosis experimentales de los animales. Se debe a Pavlov una preciosa contribución a la clínica de las enfermedades nerviosas y psíquicas del hombre. La clasificación científica de los tipos de sistemas nerviosos de los animales creada por Pavlov, tiene un gran valor científico, de igual modo que los trabajos que emprendió sobre la evolución del sistema nervioso de los animales y la herencia de los reflejos condicionados. 

La herencia científica de Pavlov, cuyo estudio prosigue en numerosos laboratorios por parte de sus discípulos y continuadores, ha constituido un aporte fecundo para numerosas ramas capitales de la práctica. Las teorías de Pavlov tienen una importancia excepcional para muchas otras ciencias y particularmente para la medicina. Su doctrina sobre la actividad nerviosa superior constituye una de las bases del materialismo dialéctico en el dominio de las ciencias de la naturaleza, y ha dado una base rigurosamente científica a la teoría del reflejo (ver) materialista. Pavlov demostró que sin la acción ejercida por el mundo exterior sobre los órganos de los sentidos así como sobre el cerebro, no sería posible ninguna actividad psíquica, y que el psiquismo animal es el reflejo del mundo objetivo ambiente. 

La doctrina de Pavlov está compenetrada de la idea del desarrollo, del cambio continuo de las cosas, y echa por tierra la interpretación metafísica de las leyes de la actividad psíquica. Pavlov concibe dialécticamente la actividad refleja de los animales como una substitución incesante de reflejos y una lucha de procesos contrarios: excitación e inhibición, irradiación y concentración, &c. La generalización filosófica de la doctrina pavloviana es de una gran importancia, pues enriquece y concreta los principios del materialismo filosófico y dialéctico marxistas aplicados a la naturaleza. Los descubrimientos de Pavlov representan un arma en la lucha ideológica contra todas las manifestaciones del idealismo y del obscurantismo. Los trabajos de Pavlov lograron una amplitud notable en el período soviético de su actividad, gracias a la gran atención dispensada por el Partido Comunista y el Estado Soviético. El gran sabio apreciaba en alto grado la solicitud del Gobierno Soviético por el desarrollo de la ciencia. En sus intervenciones, en su carta a la juventud, exhorta a todos los trabajadores científicos a consagrar todas sus fuerzas y conocimientos en bien de la patria. Pavlov era un patriota sincero, y se sentía orgulloso de los grandes éxitos del país soviético, liberado del yugo del zarismo y del capitalismo. 


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