Sobre el argumento de autoridad*






Los ataques personales no descalifican las fuentes 

Las supuestas autoridades pueden ser descalificadas si no están bien informadas, no son imparciales, o en su mayor parte no están de acuerdo. Otros tipos de ataques a las autoridades no son legítimos. Ludwig von Mises describe una serie de ataques ilegítimos contra el economista Ricardo: 

"La teoría de Ricardo es espuria a los ojos de los marxistas porque Ricardo era un burgués. Los racistas alemanes condenan la misma teoría porque Ricardo era judío, y los nacionalistas alemanes porque era un inglés... Algunos profesores alemanes formulan conjuntamente estos tres argumentos contra la validez de las enseñanzas de Ricardo."

Se trata aquí de la falacia ad hominem, un ataque a la persona de la autoridad en lugar de ser un ataque a sus cualificaciones. La clase social, la religión o la nacionalidad de Ricardo son irrelevantes para la posible corrección de sus teorías. Para descalificarle como autoridad, los «profesores alemanes» tienen que demostrar que sus datos eran incompletos, es decir, tienen que demostrar que sus afirmaciones no estaban bien informadas, o que no era imparcial, o que otros economistas, igualmente reputados, no están de acuerdo con sus descubrimientos. De otra manera, ¡los ataques personales sólo descalifican al atacante!

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